martes, 15 de septiembre de 2015

30 AÑOS ROMPIENDO UÑAS: NOS VAMOS AL PICU:

Picu Urriellu. 30 años de aventuras “de muy buenas aventuras”

          Son 30 años desde mi primera apertura en el Picu Urriellu, (Naranjo de Bulnes), joder cómo pasa el tiempo de rápido, si ya sé que no es para tirar bombas ni celebrar la fecha con fiestas, ni nada especial, supongo que no es nada del otro mundo, ni relevante para nadie, solo yo y mis compañeros lo podemos valorar en su medida, además soy 30 años más viejo y eso no mola nada. En aquel momento pensar en una apertura en el gran Picu, parecía una gran osadía, al menos lo era para mí, aunque ya tenía experiencias con aperturas en otras montañas no era lo mismo, pensar en abrir en el Naranjo eran palabras mayores y daba escalofríos, aunque fuese una pequeña ruta como fue, Crepúsculo Celta, mi primera ruta abierta el 11 de septiembre de 1.985, 7 largos en 240 metros, mi compañero Higinio Giraldo alucinaba lo mismo que yo.

        Pudimos hacerlo en otra zona, en aquel momento podríamos encontrar algo más fácil, entonces había muchos lugares para hacer una primera apertura sin complicarse, pero el espolón sur-este nos atraía, habíamos escalado al menos 10 veces la Marisi (Nani), alguna menos el espolón Why, ambas rutas preciosas y disfrutonas, cada vez veíamos más cerca y más claro la posibilidad de una apertura propia y por eso nos lanzamos a por ella.

         Después de aquel paso y abierta la primera, 14 días más tarde y sin poder reprimir ya las ansias contenidas durante tanto tiempo, nos dirigimos a la pared este, aquello fue como abrir una lata de la que empezara a salir la esencia de la misma montaña, ya no le tenía ese miedo del principio, aunque nunca le perdimos el respeto ni al Picu ni a ninguna otra montaña, pero con esa nueva mentalidad que adquirimos con la primera apertura nos vamos ya sin miedo a la Este, a por la segunda apertura.
    
        Era una zona virgen sobre todo desde la laja en “Y” hasta cumbre y toda la pared norte hasta el hombro, nosotros nos decidimos enfilar la laja por su pala derecha, la Cepeda toca un poco la grieta por la izquierda, la variante Tresaco algo la derecha y Pedos Gordos por el centro surcando la parte más fácil, esta ultima ruta fue abierta justo un año antes, nosotros mismos realizamos su primera repetición pocos días más tarde.

        Conocíamos muy bien esta parte de la montaña, además pocas semanas antes realizamos un rescate por el enrisque de una cordada que se equivoca de ruta, aquello nos dio la oportunidad y la ventaja de poder ver in sito la calidad de la roca y sus posibilidades, pero también parecía una ruta muy evidente desde la base por la sucesión de fisuras que llegaban a la cumbre Oriental, tanto, que era increíble que nadie se fijara hasta ahora en aquella línea tan bonita, además tenía el aliciente de ser nosotros los primeros en alcanzar directamente la cumbre Oriental sin la necesidad de salir por la vía Cepeda, que lo hace mucho más a la izquierda por el espolón sur-este, ninguna otra ruta lo hacía de forma tan directa y elegante como “Treparriscos”.

        Fue una escalada larga y en algunos tramos comprometida, 350 m. en 8 largos, en esta escalada nos acompaña Tito Claudio, por aquel entonces guarda del refugio, el nos conocía muy bien y se imaginaba algo, se une a nosotros sabiendo que íbamos para abrir una nueva ruta, Tito y yo habíamos trepado juntos varias rutas en la montaña, Leiva, Rabada-Navarro y unas cuantas de la este.
        En 1.985 se abren 5 nuevas rutas en el Naranjo, 2 en la este y 3 en la oeste, de ellas Higinio y yo tuvimos la fortuna de abrir 3, las 2 de la Este y la Sagitario en la oeste, la ascendimos entre los días 16,17 y 18 de octubre con la temporada casi acabando y con el tope de nivel nos decidimos por esta pared que conocíamos a la perfección, haber escalado la Leiva varias veces nos da la oportunidad de observar de cerca los canalizos negros que descendían en línea recta desde Tiros de la Torca hasta la base de la pared, también después de las lluvias, una línea de gotas de agua deja muy marcada la pared y pensamos que era el momento de hacerle una visita, que podíamos perder.
        El día 18 de octubre estamos a menos de 100 metros de la cumbre, pero la roca estaba tan extremadamente rota que decidimos abandonar allí mismo y dejar el final de nuestra aventura en Tiros de la Torca. Como hacer que una parte bonita, escalando por una roca tan extraordinaria y con buen ambiente hasta Tiros, como podíamos mezclarla con el tramo final tan expuesto a la caída de piedras.

        Pudimos enlazar con las rutas Escalibur o Revelación continuar y hacer cumbre conjuntamente por alguna de ellas, pero quisimos hacerla lo más limpia posible y sin tocar ninguna otra, ahora podríamos tener una apertura llegando a cumbre en la vertiente oeste, son varias las rutas que lo hacen, pero en aquel momento nuestra idea era otra, hoy en día seguro que no dudaríamos en llegar a la cima por otra ruta vecina, Bernabé Aguirre fue el testigo y compañero de excepción en la distancia, observando nuestras evoluciones de la escalada desde la Torre Ezequiel, justo enfrente.

        Días después, aprovechamos las reuniones de nuestra escalada para montar unos rapeles y evitar la salida tan expuesta del espolón a la torre Ezequiel, me toco hacerla en varias ocasiones, una de ellas en invierno y no guardaba buenos recuerdos de aquellas experiencias, de esta forma también facilitamos evacuaciones de cordadas que llegan a Tiros cansados o que tienen que hacer una retirada rápida a causa del mal tiempo o cualquier otro motivo, además nos sería útil a nosotros para futuros rescates, creo que en aquel momento fue una buena idea a pesar de algunas quejas y criticas sin sentido que tuvimos por equipar la línea de rescate por la vía Murciana y que pocos meses antes habíamos instalado nosotros mismos con el guarda del Parque, Iñaki Arregui.


        Ahora 30 años después, quiero repetir las tres rutas el próximo fin de semana, al menos lo quiero intentar, espero sentir las mismas sensaciones y emociones de entonces, para estos tres primeros eslabones de la cadena iremos, Higinio Giraldo que finalmente vendrá, algo de lo que no dudaba y me alegro volver a formar cordada juntos, en esta aventura nos acompañará Bernabé Aguirre, esperaba que pudieran venir un par de amigos mas, pero fue imposible arreglar asuntos pendientes, seguro que habrá más oportunidades para escalar juntos.
       
        En cuanto a mí, se que sufriré un montón con las escaladas, pero también estoy seguro que una vez en la cumbre me emocionare, soy de lágrima fácil, espero que mi escaso entrenamiento veraniego haya sido suficiente para disfrutarlas, de lo que ocurra durante las escaladas ya contare la experiencia. Aquel año también abrimos Higinio y yo en la torre de las Cebolledas, “Desenlace Inesperado”, una ruta de 300 m., y algunas en Fresnidiellu.
        Si todo va bien las lesiones me respetan y de conseguir este primer reto, la próxima temporada 2.016 intentare continuar este particular reto con: AMANECER INCIERTO, 12-06-1.986, también abierta con Higinio y LA LUNA, 05-11-1.986, con Paulino Suarez, las dos rutas en la vertiente este.

        Los siguientes años y no me quiero mojar, hay que ir año a año, pero al menos hasta el 2.020, ya con 63 años a la espalda habrá que seguir intentándolo, pero casi no me veo en la tapia, ya me resulta difícil en este momento pero tengo que probar, espero entrenar un poco mas y llegar lo más lejos posible, es un reto a largo plazo y no tengo prisa por llegar, ninguna prisa, nada, nada de prisa.
 


Villareto .